los héroes de Baler
Fuente: Biblioteca Nacional de España

La historia nos ayuda a conocer el pasado, pero también a comprender cómo hemos llegado hasta el presente. Hay hechos históricos realmente interesantes, dignos de ser recordados, conocidos y admirados. Ya sea a través de libros, fotografías, prendas u objetos, tenemos la obligación de conocerlos por la magnitud que tuvieron en nuestra historia.

Hoy, en Gemelolandia.com queremos centrarnos en la historia de los sitiados en Baler, más conocidos como Los últimos de Filipinas.

Seguramente te estarás preguntando por qué queremos detenernos en esa parte de la historia, qué tiene que ver con nuestra tienda. Pues bien, hace unas semanas nos encargaron recrear las insignias que llevaban al cuello los uniformes de los soldados españoles. Se tratan de unas cornetillas. Nuestros clientes las necesitaban para sus uniformes de recreación histórica.

Para poder realizar este trabajo con la máxima profesionalidad y conseguir unas cornetillas exactamente iguales a las que llevaban, fue fundamental investigar un poco más sobre la historia de los españoles asediados en el pequeño pueblo de Baler, en Luzón.

Antes de enseñaros el resultado de nuestro proyecto, queremos contarios la increíble historia de este medio centenar de soldados españoles que resistieron durante casi un año en el pueblo de Luzón. Lo interesante de esta historia es que los soldados resistieron sin saber que el conflicto había terminado.

Antecedentes

Durante el reinado de Felipe II, los dominios de la Monarquía española se extendían por los cuatro continentes. Precisamente por esto se le conocía como el rey en cuyos territorios nunca se ponía el sol.

Filipinas era parte de España. En 1896, una parte de la población comenzó una sublevación y España respondió con las armas. En la isla de Luzón, los soldados españoles arrinconaron a los rebeldes encabezados por Emilio Aguinaldo (que, tras verse militarmente acorralado, firmó la paz de Biak-na-bató y se exilió a Hong Kong).

Cuando se pensaba que se tenía la situación controlada, España recibió un nuevo golpe ya que Estados Unidos le declaró la guerra. Eso reactivó la insurgencia, que volvió a estar encabezada por Aguinaldo, en mayo de 1898. El resultado fue que España perdió sus provincias de Cuba, Puerto Rico y el archipiélago filipino.

Guerra en Baler

La guerra entre España y EE.UU. terminó a los pocos meses. Comenzó en mayo con la batalla naval de Cavite donde la Armada norteamericana destruyó totalmente la flota española del almirante Montojo. En agosto cayó Manila y en diciembre Filipinas dejó de ser una provincia española.

Pero ¿qué pasó en Baler? Este municipio situado en la costa oriental de Luzón está situado a unos 200 km de Manila. Durante la guerra, quedó incomunicado por tierra, lo que provocó que los soldados españoles que estaban allí no recibieran ninguna noticia ni de la destrucción de la flota española en Cavite ni de la caída de Manila.

La guarnición de Baler temía un ataque de los rebeldes, por lo que decidió refugiarse en la iglesia de San Luis Obispo de Tolosa de la localidad balereña. El 30 de junio, el capitán Enrique de las Morenas, comandante político militar del distrito, ordenó encerrarse en el templo a la espera de recibir órdenes desde Manila. Convirtieron este lugar en un fortín inexpugnable y allí permanecieron encerrados durante 337 días con sus noches. En total iniciaron la defensa 54 militares y un religioso franciscano, al que se le unieron dos más posteriormente.

Hubo nueve tentativas de negociación por parte de los filipinos para que se rindieran, pero los soldados se negaban a creer que la flota española hubiera sido derrotada por los estadounidenses. 

Casi un año de encierro en Baler

Al principio, los insurgentes se dedicaron a hostigar intensamente la iglesia a la espera de refuerzos para comenzar el asalto. También realizaron tácticas de guerra psicológica impidiendo a los asediados dormir ya que realizaban todo tipo de ruidos. Asimismo, mostraban a mujeres desnudas para recordarles los placeres a los que estaban renunciando. Los ataques continuaron todo el verano, pero sin gran eficacia.

Los españoles solo tuvieron que lamentar dos bajas por heridas de bala ya que la mayoría de las muertes se debieron a las enfermedades derivadas de la mala alimentación y de la facilidad de su propagación debido a que se encontraban aglomerados en un espacio reducido. En total fueron 15 bajas de los soldados a causa de las enfermedades.

Celebraron la Navidad sin saber que el Gobierno español había firmado un tratado de Paz con Estados Unidos donde le cedía sus posesiones de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a cambio de una cantidad económica, aproximadamente por unos 20 millones de dólares. Los filipinos también se rebelaron posteriormente contra la ocupación norteamericana, lo que ocasionó que parte de la tripulación del barco de guerra de la Armada de Los EE.UU. USS Yorktown enviado para auxiliar a los sitiados sufriese una emboscada, resultando muertos varios de los marinos y siendo hechos prisioneros otros.   

La última batalla tuvo lugar a finales de mayo cuando los tagalos intentaron inutilizar el pozo de agua para que se rindieran los asediados. Ni tan siquiera sirvió la llegada de un alto mando español para que abandonarán la iglesia ni los periódicos que les entregó para que vieran que las noticias que hablaban del fin de la guerra eran ciertas.

Finalmente, tras comprobar que las provisiones estaban terminándose y revisar de nuevo los periódicos, decidieron parlamentar con los filipinos y capitular. Tras 11 meses encerrados en la iglesia, el 2 de junio de 1899, los héroes de Baler —en total, 35 supervivientes: 33 militares y dos franciscanos— abandonaron el lugar que había sido su refugio durante todo ese tiempo. Los militares fueron escoltados a Manila desde donde se les repatrió a Barcelona, no así los dos religiosos que continuaron prisioneros un año más en Baler. Una vez aquí, en España, fueron recibidos como héroes.

Insignia de cuello: Cornetilla de cazadores N.º 6

En numerosos lugares se hacen recreaciones históricas sobre los distintos acontecimientos que han tenido lugar a lo largo de los años. Para que la recreación sea lo más realista posible se debe cuidar hasta el último detalle. El uniforme debe ser idéntico, lo que implica tener mucho cuidado a la hora de elaborar cada uno de los detalles que lleva incluido (botones, charretera, correaje, cinturón, insignia de cuello…). Esos pequeños detalles marcarán la diferencia.

Hace unas semanas, en Gemelolandia.com, recibimos el proyecto de realizar las insignias de cuello que llevaban los soldados españoles en Baler. Representan una cornetilla y en el centro llevan el número 6.

Estas insignias mostraban el número del regimiento. Estaban dentro de una corneta porque se trataba de un batallón de cazadores. Los distintivos podían ir en el broche del ceñidor o en el cuello de los soldados. En el caso de los últimos de Baler, la insignia del batallón iba en el cuello (en mayor medida por las tropas de guarnición y en menor medida por las de campaña).

Os dejamos unas fotografías de cómo fue el proceso y de cuál fue el resultado de nuestro trabajo.

Fotos enviadas por el cliente

cornetillas Baler 1
cornetillas Baler 2
cornetillas Baler 3

Fotos del proceso de las insignias de los héroes de Baler

  • Enviamos primer boceto
proyecto insignias Baler 1
proyecto insignias Baler 2
  • Puntualizaciones del cliente
Proyectos los últimos de filipinas 3
Proyectos los últimos de filipinas 4
proyecto insignias de cuello 5
  • Resultado final
Proyectos los últimos de filipinas 2

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